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1880 - 1916: La Generación del 80: El Proyecto Liberal | Sección 1 - Sección 2

Política Externa: La Perspectiva Atlántica

La Argentina forma parte de América y sin duda compone bastante más que una geografía o un pasado, no obstante lo cual, en el período predominó la perspectiva atlántica del puerto de Buenos Aires y se reafirmó la complementación con Europa y la incorporación de su cultura.La hegemonía del Viejo Continente parecía más vigente que nunca pese a estar muy próximo su desplazamiento por EEUU. la diplomacia argentina reafirmó los vínculos que le valieron al país su prosperidad y florecimiento cultural, quizás descuidando mantener una cierta flexibilidad que le permitiera abrir alternativas en el futuro. Su firme alineación con Europa fue interpretado por los EEUU como un desafío que quedó registrado en sus archivos. Los abruptos cambios derivados de la Primera Guerra Mundial variaron el escenario en forma sustancial.


Economía: Progreso y Expansión Económica. El Modelo Agropecuario Exportador

La consolidación del Estado, como logro de este período, llevó a un segundo debate en la sociedad argentina: la función del Estado. En el modelo económico que se implementó alternaron el laissez faire propio del liberalismo económico con los emprendimientos y la intervención del Estado provenientes del paternalismo político, ambos influidos por la realidad de un país nuevo en el que “todo estaba por hacerse”. El proyecto de transformación acelerada fue impulsada por la idea de progreso

El mayor emprendimiento, entonces, fue la modernización, que se puede resumir en:

  • Adecuar la economía y ajustar la complementación con Europa
  • Obtener mano de obra para la agricultura y población para los espacios vacíos, o sea, inmigración, preferentemente blanca.
  • Crear condiciones favorables para el establecimiento de los inmigrantes y para la reconversión económica (de país ganadero a país agroganadero)
  • Asegurar el control político de la clase dirigente criolla.
  • Afirmar y difundir el pensamiento positivista y la cultura europea, sustentos de la modernización.

Tamaña transformación sólo era posible si se controlaba el Estado. por eso la Generación del 80 buscó y logró el poder para ampliar su influencia. Desde ese lugar pudo alentar la inversión extranjera -motor de la modernización junto con los empréstitos- a la que debía garantizar condiciones favorables y ganancias. Así, se multiplicaron importantes obras de infraestructura y servicios públicos: el puerto, las obras sanitarias, el edificio de Tribunales; y otras que apuntaban a embellecer Bs. As., como plazas, avenidas y el nuevo Teatro Colón.


Sociedad: Poblamiento y cambio social acelerado

El poblamiento intensivo del territorio por parte de la inmigración europea produjo un impacto en el país criollo mestizo. La sociedad cambió aceleradamente. La europeización fue un hecho incuestionable a partir de la presencia masiva de extranjeros que llegaron a representar un tercio de la población en 1014 y aportaron sus costumbres y su manera de pensar.

Queda claro que la Argentina cambió. Si al iniciarse 1880 podía hablarse de una estructura social tradicional, formada mayormente por dos clases sociales -alta y baja-, en 1916 era considerablemente mñas compleja, ya que existían:

  • Una alta clase social terrateniente ligada al comercio de exportación.
  • Una clase media incipiente de pequeños comerciantes, industriales y administrativos
  • Una clase obrera en formación, pero con fuerza propia.
  • El sector campesino, de base agraria y ganadera.

Aparecieron nuevos problemas, nuevas tensiones sociales como resultado de la búsqueda de inserción de estos grupos en el esquema de la participación política y económica, planteo que caracteriza al proceso que vivió la Argentina durante todo el siglo XX.


Cultura: Europeización, positivismo y educación popular

En el período coexistieron cinco mundos culturales paralelos:

  • El de la clase alta, que vivía en la Belle Epoque, al nivel de la aristocracia europea, rica, culta, refinada, satisfecha, rodeada de verdaderos tesoros artísticos.
  • El de la naciente clase media, trabajadora, de costumbres muy austeras, ahorrativa, que construía poco a poco su futuro
  • El de la clase baja inmigrante, que buscaba en América las posibilidades que no les daban sus países de origen; sabía lo que quería y estaba dispuesta a luchar y hacer sacrificios.
  • El de los gauchos desocupados y los orilleros de las ciudades, que quedaban desubicados frente a los recién llegados. Esta población no se sentía parte del esquema socioeconómico, que tampoco la contemplaba, y seguía sustentando valores anacrónicos en el país transformado. Le habían cambiado el país, el marco de referencia, y no veía claro cómo, ni dónde ubicarse. En realidad, ni siquiera era seguro de que tuviera un lugar en el nuevo esquema.
  • El de los más antiguos habitantes de estas tierras: los indios. Recordaban a los argentinos la existencia de una América a la que pertenecían todos y a la que algunos miraban extrañados, como si el hecho de vivir mirando hacia el otro lado del mar hubiera podido borrarla del mapa.

La Argentina fue la tierra de promisión para los tres primeros grupos y la tierra del desconcierto para los dos últimos. El problema se presentó cuando estos mundos tan dispares convergieron.

Aquí surge la pregunta: ¿quiénes eran, quiénes somos los argentinos? ¿La alta burguesía, rica, segura, europeizada? ¿Los inmigrantes y sus hijos, ocupando espacios económicos, sociales, culturales? ¿Los viejos criollos desplazados, mirando a un horizonte que ya no los contenía? ¿La ancestral cultura indígena? ¿Unos? ¿Otros? ¿Todos juntos?